Hoy en día escuchamos constantemente la palabra creatividad, especialmente relacionado con el ámbito laboral: para la búsqueda de personal idóneo en las empresas, para dar un nuevo enfoque a las fórmulas empresariales, o como rasgo característico de los llamados emprendedores. Como dice uno de los docentes de referencia en la actualidad, Ken Robintson: “Los niños de ahora harán trabajos que aún no están inventados”. Esto ha hecho que el término se desligue exclusivamente del ámbito artístico y se valore en muchos otros ámbitos de la vida.
Desde hace algún tiempo, las escuelas trabajan en ello, si las escuelas quieren formar a personas en futuros ciudadanos con capacidades para pensar y crear ante los retos y cotidianidades a las que se enfrentan, desarrollar la creatividad debe ser una parte importante en su programa.
Sabemos que las escuelas poco a poco están cambiando sus métodos didácticos y pretenden dejar atrás el objetivo de reproducir ideas, al nuevo reto del mundo actual, donde no sólo se aprenda a gestionar el conocimiento, sino que también se aprenda a producirlo. Sin embargo, muchas veces tienen ciertas limitaciones o circunstancias que hacen que no se desarrolle tanto como se desee, por ello, considero interesante el espacio extraescolar para promover estas actividades de una manera más libre y permanente.
La creatividad es una habilidad compleja, y la imaginación forma parte de ella. ¡Quién sabe más de imaginación que los niños!? Imaginar es dejar volar el pensamiento para poder encontrar nuevas fórmulas, y para imaginar hay que pensar. Por eso me gusta el hecho de realizar reflexiones conjuntas entre los participantes del taller, antes o después de las actividades, para que aprendan a escuchar, a desarrollar su personalidad y a compartir las diferentes maneras de resolver un pequeño reto. Donde adquieran herramientas que necesitarán a lo largo de su vida y que promuevan una sociedad más justa y equitativa de manera activa y sana .
En los talleres de creatividad, lo importante es que se diviertan y que desarrollen capacidades emocionales, expresivas e intelectuales. Cómo dijo Albert Einstein: “La creatividad es inteligencia divirtiéndose”
Pensar en cómo sería la vida en otra tierra, ampliando las posibilidades de lo que están habituados a ver, con los colores y sonidos. Hacer un taller de moda para diferentes tipos de niños y niñas que no sean sólo las que ven en revistas, o simplemente utilizar las manos para construir una caja de los deseos, o unas gafas-libros, son actividades que ayudan a divertirse y a construir. Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción. La creatividad es una habilidad que siempre se puede practicar, porque como dice Maya Angelou: “No se te puede gastar la creatividad, cuanto más la usas, más tienes”.
Patricia Raijenstein
Educadora artística.