El sábado fue el cumpleaños de una niña que cumplía seis años. Sus padres le preguntaron que cómo lo quería celebrar y la niña eligió que se celebrara en el local comunitario con una actividad artística.
Lo primero que hicimos cuando su madre nos llamó es plantearle varias propuestas adaptadas a niños y niñas tan pequeños , había niños desde los 2 a los 7 años.
Como coincidía con el Carnaval una de las propuestas fue que hiciéramos un taller de Máscaras. Aunque parezca mentira cada vez se trabaja menos las habilidades plásticas en los colegios y muchos niños no habían hecho nunca nada parecido.
Al llegar preparamos la mesa, disponiendo todos los elementos que podían necesitar. Los niños iban llegando algo somnolientos ya que era pronto (citados a las 11h). Enseguida algunos se pusieron a jugar con sus amigos mientras otros tomaban un refresco. Los más pequeños dificilmente se separaban de sus padres. Algunos comenzaron a acercarse a la mesa, la miraban con curiosidad sin entender bien para qué estaba todo preparado.
Una niña fue la primera en preguntarnos que si podía sentarse a pintar. Ella fue la encargada de decírselo al resto y poco a poco la mayoría de los niños estaban sentados esperando que les explicáramos lo que tenían que hacer.
La actividad estaba pensada para que la pudieran hacer los niños más pequeños y los más grandes. De esta forma a los más pequeños les teníamos preparado la el plato de cartón con los ojitos recortados y les ayudábamos a echar cola, ellos se encargaban de elegir los papeles para el collage. Mientras los mayores con la ayuda del punzón recortaban los ojos y decidían el aspecto final de su máscara.
La verdad es que a todos se nos pasó volando el tiempo. Los niños estuvieron sentados casi una hora mientras los padres charlaban y picaban algo. Una vez que terminaron se hicieron fotos con sus propias máscaras.
Creemos que además del recuerdo que se llevan con la máscara lo más importante es la experiencia que viven juntos que será un recuerdo muy especial para todos.
Para nosotras también fue una bonita experiencia ya que tanto los padres de la anfitriona como su familia y amigos se encargaron de que facilitarnos mucho la labor.
